Heredera de la cocina casera de su abuela y su madre, ha sabido imprimir su personalidad a una cocina de mercado tradicional. Sombrillas, mesas redondas y sillas en un enclave rodeado de árboles en pleno ensanche barcelonés: la calle Enric Granados.
¿El plan ideal? Un toque alba: tapas, vermut y platillos, entre los que no puedes perderte las bravas del Alba, el matrimonio entre boquerón y anchoas o el brie rebozado con almendras, ¡delicioso!
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